Un contrato basado en el desempeño (PBC, por sus siglas en inglés) es un modelo de pago por resultados entre donantes públicos o filantrópicos y uno o más prestadores de servicios o implementadores. Con el objetivo de mejorar la focalización y efectividad de las intervenciones, los pagos se vinculan (en parte) a la consecución de metas predefinidas y verificadas de forma independiente. Históricamente, este modelo en su mayoría ha basado sus métricas de desempeño en unidades de rendimiento (p. ej. número de tratamientos médicos realizados), pero cada vez más también en los resultados (p. ej. el resultado de los tratamientos). Este cambio de enfoque de unidades de rendimiento a resultados es particularmente valioso para asegurar que los fondos se usen con efectividad, y se incentiva a los prestadores de servicios a crear los efectos deseados para los beneficiarios finales.
Si bien un PBC «puro» es posible, p. ej. en casos donde los implementadores tienen suficientes fondos propios para hacer el financiamiento previo del programa (imagen 9.3), la mayoría de los PBC presentan una estructura híbrida (imagen 9.4), con parte de los fondos pagados al inicio (p. ej. con base en los insumos o las actividades) y el resto con base en los resultados. Proporcionar a los implementadores (con frecuencia varias ONG con un presupuesto limitado) un pago inicial les permite aumentar sus recursos y tener una mayor flexibilidad sobre cómo alcanzar las metas predefinidas. La proporción de pagos iniciales versus pagos basados en desempeño es variable.