Sebastian Welisiejko, GSG

¿En su opinión, qué son las finanzas innovadoras?
Más allá del sentido literal del término, de por sí muy claro, interpreto a las finanzas innovadoras en el contexto latinoamericano actual como todo vehículo financiero que conecte capital asequible con proyectos de inversión o soluciones a los problemas más apremiantes que enfrenta la región, tanto en el plano social como ambiental. La innovación puesta al servicio de una transición justa a una economía carbón-neutro, que no deje a nadie atrás.
¿Por qué las finanzas innovadoras son importantes para la región?
Porque, como en todo el mundo, es evidente que el fondeo público por sí solo no es suficiente para cubrir ni siquiera una fracción de la inversión necesaria para alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Pero sí hay capital privado suficiente, que necesita ser colocado mediante vehículos de impacto, de fondeo híbrido (incluyendo público-privado), en que distintos inversores y actores combinan capacidades y perfiles propios de riesgo-retorno-impacto para escalar los flujos de inversión.
¿Qué está sucediendo en la región relacionado a este tema?
Estamos viendo mayor fondeo a través de instrumentos de equity y deuda, en el espacio de impacto y ASG (ESG), que marcan el camino, desde Viwala en México a Sumatoria en Argentina, haciendo disponible fondeo asequible a proyectos de impacto que no nunca atendería la banca tradicional. Esto se está logrando con adaptaciones propias al contexto económico regional, incluyendo sus altos niveles de informalidad y volatilidad, a través de estrategias de capital mixto (blended finance), entre otras.
¿Qué espera que suceda en los próximos 5 años?
Espero ver un fuerte crecimiento en la emisión de bonos verdes, sociales, sostenibles y sustainability-linked en la región, emitidos tanto por gobiernos (nacionales, provinciales o municipales), corporativos e incluso organizaciones sin fines de lucro. Los bonos verdes, sociales y sostenibles son el tipo de activo que más ha crecido en la última década, pasando de unos $50bn emitidos a nivel global en 2013 al orden de $1Trn el año pasado. En nuestra región hay todo por hacer, construyendo sobre antecedentes prometedoras en Colombia y Costa Rica.
¿Tiene algún fracaso relacionado a este tema, o un consejo que quiera compartir con nosotros?
No olvidar que los instrumentos financieros son solo medios. Potentes, pero medios al fin, que solo valen por su capacidad efectiva para mejorar la vida de personas, comunidades o el planeta. Todos los que estamos en este espacio tenemos que tener muy presente el diálogo entre los objetivos programáticos y de desarrollo que persigue una determinada inversión y la solución financiera que lo habilita. La "fetichización de los instrumentos" nos puede llevar a propuestas lejanas al verdadero impacto. Para asegurar esto último hay mucho para hacer en la región en términos de transparencia e integridad de impacto, en línea con la agenda global liderada por esfuerzos tales como el del International Sustainability Standards Board de la IFRS Foundation, los avances de la SEC en Estados Unidos, o los estándares en desarrollo por EFRAG en Europa.